Bello día hermosa, hoy quiero compartirte sobre un tema que me parece maravilloso y fundamental trabajarlo en cualquier momento de tu vida. La integración de la obscuridad o sombra, y lo hare contándote una experiencia.
Primero te comparto brevemente qué es nuestra obscuridad/sombra.
Desde una visión psicoterapéutica la sombra hace alusión a los aspectos de nuestro ser/personalidad que mantenemos ocultos y habitan en nuestro inconsciente, de ahí que se designe también como nuestra obscuridad, pues están a un nivel muy profundo, sin embargo, se manifiestan constantemente en nuestro presente.
Estos aspectos pueden ser desde deseos profundos, sentimientos que no son aprobados socialmente o pensamientos que son condenados por otros. Si te das cuenta usualmente la perspectiva del entorno forma un papel determinante para reprimir ciertos deseos y sentipensares, pues aprendemos a tratarnos en todos los niveles, físico, mental y emocional de la forma en la que observamos que nuestro entorno más cercano lo hace.
Danza con mis Sombras
El trabajo con la integración de la obscuridad/sombra ha sido y es un enfoque que me encanta mantener presente en mi proceso personal y el acompañamiento que brindo.
Cada experiencia que vivo y cada día me he confirmado que el camino del autoconocimiento es constante, no hay pausas y tampoco hay un fin último, el simple hecho de seguir caminando, sintiendo y experimentando es ya el objetivo.
Alrededor de la luna nueva de noviembre tuve una vivencia que me puso a prueba completamente sobre mi capacidad de sostenerme en mis momentos más obscuros.
Te puedo compartir de corazón que el inframundo más tremendo que he podido atravesar (el inframundo es también alusión a nuestro inconsciente, obscuridad) ha sido completamente invención mía, yo misma lo decore, ambiente y llene de demonios.
Ahí radica también un gran peso de responsabilidad, claro que el entorno ha influido en cómo percibo mi realidad y cómo la interpreto, pero también, he decidido ver mi realidad desde otro enfoque, llámese más abundante, más compasivo, más amoroso… pero eso no me exenta de vivir en carne viva mis inframundos.
Y lo maravilloso es que siempre estarán ahí, porque mientras siga dividiéndome internamente seguirán existiendo.
A lo que le llamo inframundo es a ciertos sentimientos y pensamientos que me embargan en ciertos momentos de mi día/vida.
En esta experiencia que te comparto, mi inframundo fue el sentirme excluida, impaciente, desesperada, abandonada, culpable, sin control, triste, enojada… todo ello alimentado por mis propios pensamientos, y todo ello mientras me encontraba de viaje (de ahí el sentir culpa, pues cómo podía sentir todo eso desagradable mientras viajaba a lugares maravillosos que «debía» disfrutar).
Todos esos sentipensares mi cuerpo también los sentía, yo lo siento en mi estómago, quizá tú puedas sentir esos momentos de obscuridad en otra parte, solo pon atención a tu cuerpo.
Mi estómago estaba desecho internamente, era como si cada sentir y pensamiento bañara con ácido mi estómago y aunque tenía esa certeza de que me estaba haciendo daño, mi mente no podía parar de generar los pensamientos que les llamo de separación o telarañas mentales (aquí puedes leer sobre este tema), y en este caso era literal, ya que yo misma me estaba excluyendo de aquello que me sentía excluida y me estaba provocando todos esos sentimientos.
En ese momento lo único que pude hacer es resolver lo que sentía en mi cuerpo, fue observarme desde afuera lo que estaba haciéndome y tomar acción, poner en práctica las herramientas que en ese momento me surgieron.
Primero fue respirar mucho, llevar mi atención al momento presente, a mí alrededor, a la persona que me acompañaba y sobre todo, ser muy honesta conmigo y hablar de cómo me sentía.
Integración
Integración significa tomar acción para crear un todo a partir de distintas partes.
Esto aplicado a nuestra conciencia significa la capacidad de reconocer esos sentipensares como parte de ti e integrarlos a tu experiencia desde la aceptación consciente y con amor. Es decir, permitirte sentirlos, sin juzgarte por sentirlos.
Eso lo puedo ver hoy con mayor claridad, pero en ese momento que estaba justo en lo más profundo de mi inframundo no lo veía, porque lo único que quería era dejar de sentir lo que sentía, y eso roba muchísima energía, y sin energía es más difícil poder salir.
Porque el punto no es salir, sino sentir, y eso es algo nuevo para nuestra mente que por todos sus medios busca entender y protegernos de sentir lo que no es placentero.
Claro que este proceso de reconocimiento e integración de nuestra obscuridad/sombra/inframundo es precisamente eso, un proceso, en el cuál cada día vamos aprendiéndolo al vivir con nosotras mismas, al vivir con todo lo que sentimos e ir liberando cada sentir al sentirlo.
Claro que nadie conscientemente quiere sentir dolor (*o cualquier otro sentir no agradable), sin embargo, al reprimir tanto el dolor(*), este se vuelve el rey de nuestro inconsciente, por lo tanto en cualquier oportunidad que tenga de manifestarse en nuestra vida lo hará, para poder ser libre.
Si le permitimos ser al dejarnos atravesar por él, ya no será tan doloroso, porque ya está siendo visto y lo dejamos hacer lo que tiene que hacer, ser un sentimiento más para ser sentido, así como el placer.
Momento de renacer
En estos momentos en el hemisferio norte, que es en donde radico, estamos atravesando la época invernal y justo esta iniciando la energía del solsticio, este es un maravilloso momento para tener un diálogo interno y amoroso con tu interior, con tu obscuridad.
Justo la naturaleza está pasando por su periodo más obscuro.
Y justo en esta maravillosa oscuridad radica la semilla de la luz, pues en este periodo es cuando literal, muchas semillas van gestándose y nutriéndose para nacer y brotar en primavera, por lo que es un periodo de gestación interna, de integración con todo lo que somos y en eso va incluido nuestras partes más ocultas.
Deseo tengas un maravilloso periodo de recogimiento, que sea de mucho aprendizaje, expansión y amor.
Con cariño,
Nancy ☆
🖤 Te comparto aquí el cierre del primer ciclo del Jardín de Lilith, un espacio sagrado para trabajar e integrar nuestra obscuridad a través de Danza Medicina. Si te interesa saber más sobre este espacio escribe a danza@lavidaesmedicina.com
