Quizá te pasa como a mí, el solo pensar en trabajar en mi niña interior me resultaba un sinsentido, incluso cuando lo intente con diversas aproximaciones no era nada trascendental.
Claro, puedes poner atención a lo que te sucede con ese concepto, palabra e idea ¿qué pasa en ti, que pasa en tu cuerpo? las razones por las que sucede ese “rechazo” pueden ser infinitas, y está en ti explorarte para descubrir que hay detrás de ese aparente rechazo.
Pero, más allá de cualquier bloqueo que pudiera haber, quiero compartirte otra historia de lo que, en el fondo, mi niña, tu niña pueda estar tratando de comunicarnos.
Las historias
El concepto niña/niño contiene una carga simbólica, sin meternos aquí en la dualidad niño/niña, solo piensa ¿qué viene a ti con esta palabra?
A esa carga simbólica puede que también se le sume la carga simbólica personal, las historias, memorias, sentimientos, los vacíos, las heridas…
Usualmente el trabajo con el niño interior se remite a sanar las heridas, los vacíos y bloqueos, con la intención de resignificar tu historia y encontrar liberación.
Ahora ¿y si sanar esas heridas de la infancia resultara ser algo muy distinto a sanar tu niña interior?
Tu infancia está cargada con tu historia personal, y puedes entregar toda tu vida a sanar esas heridas, navegando gozosamente en tu inframundo, y no tiene nada de malo, ni de bueno, una pregunta clave es ¿para qué?
Abrazar a tu niña interna no tiene nada que ver con tu yo infantil, con esa imagen de ti, esos recuerdos… incluso ¿y si no la visualizas como tú, sino solo como una energía?
Tu niña interna no eres tú a los 3, 6, 10 años…
Tu niña interna es una energía/símbolo de la No Forma, la inocencia, la fluidez, la presencia, el No Tiempo, la creación, el simplemente ser y existir. Es una energía en potencia que te habita.
Quizá tu infancia fue difícil y hay cosas por resolver, soltar y sanar, pero a la vez… ¿y si el poder de Ya No Sostener esas heridas está en tus manos?
Eres tu medicina
Dejar de Sostener es dejar de darle poder a creencias, memorias dolorosas, a las heridas que opacan tu niña interna arquetípica.
Parece muy sencillo ¿verdad? solo deja de alimentar esas memorias, ideas y creencias, y nutre la conexión con la libertad que brinda ese estado de conciencia expansiva de tu niña, en donde la identidad no existe, en donde las posibilidades son infinitas y la imaginación crea tu realidad.
Un filósofo (no recuerdo quién) mencionaba que los niños son filósofos por excelencia y nuestra tarea era recordar ese estado. No a comportarte como lo hacías de niña, sino a conectar con esa inmensidad infinita, las preguntas, el asombro, el juego, la imaginación…
Nota paradójica: no estoy negando la importancia del trabajo personal con las heridas, es parte del proceso de autodescubrimiento y de empoderamiento, aun así, la invitación es a expandir la posibilidad de ese trabajo y tu visión/conciencia respecto a tu propio trabajo. Existe la ligera línea de quedar enfrascada en la eterna sanación, en las heridas incurables… y sí, puede incluso que nunca sanen, y no está mal ni bien… te invito a ir más allá y a conectar con tu poder, con tu medicina.
“lo complejo es del ego, lo simple del espíritu”
¿qué es para ti trabajar en tu niña interior?
Con cariño
Nancy ✩