Hola hermosa, soy Nancy ☆ filósofa danzante y mujer medicina.
Desde 2017 sostengo espacios de expansión de conciencia, de autoconocimiento y de reconexión con tu ser espiritual a través de filosofía antigua, existencial y hermética, danza medicina, la palabra, el canto, y de experiencias sagradas sintonizadas con la naturaleza y sabidurías ancestrales.
Es un honor que estés aquí en este templo virtual que he creado con mucho amor, intención y entusiasmo para que sea de inspiración, expansión y servicio a tu vida.
Gracias también por leerme, aquí te compartiré un poco de mi camino y experiencias que han forjado la esencia de lo que soy y comparto.
Microcosmos. Cuerpo & Conciencia
Mi nombre es Nancy Beltrán Velázquez, desde muy joven sentí un llamado profundo a lo místico y a todo lo que fuera diferente, y sobre todo, al mundo espiritual. En gran medida porque, honestamente, no entendía la realidad en la que vivía, no entendía a las personas y las acciones que como humanos teníamos que hacer, así que me refugié en el intelecto, en el arte, en la música… Aunque a la vez, hacía esfuerzos titánicos por tratar de encajar, aunque eso supusiera anularme por completo… y así caminé por muchos años.
Mi curiosidad me llevo a embarcarme en el estudio de escuelas místicas, y cuando llegó a mí una de las preguntas fundamentales del cuestionamiento filosófico ¿quién soy? comencé un viaje que ha tenido muchas curvas, acantilados, atajos, juegos, amaneceres hermosos, tormentas espectrales e infinidad de situaciones que me han llevado a conocerme y entenderme mejor, y paradójicamente, al entenderme yo, he podido entender un poco más a los otros, y dejar de preocuparme por no encajar.
Ese viaje interno que iniciaba me llevo a estudiar filosofía, en esos años mi mente estaba completamente hambrienta de conocimiento y me dedique a expandir mi conciencia con diversas filosofías, cosmovisiones e ideologías.
Cuando estaba concluyendo mis estudios universitarios despertó en mí un deseo profundo que tenía desde muy pequeña, estudiar danza, y ahí comenzó otro viaje que me llevo a integrar mi mente con el cuerpo.
Comencé mi viaje con la danza estudiando Tribal Fusión y American Tribal Style (ATS), y poco a poco fui descubriendo y explorando otras danzas y técnicas de movimiento como Danza Butoh, Danzas Rituales, Somática, Shamanic Fusion Dance, Tai Chi Chuan, Qui Gong… las cuales fueron fundamentales para comenzar a darme permiso de solo ser y estar, de moverme libremente, de sentirme y reconocer lo que habitaba en mi cuerpo.
Danzar me permitió abrir un portal para explorar cómo el movimiento de mi cuerpo físico activaba a mis cuerpos más sutiles, reflejándome el estado de mi cosmos interno, de mis emociones, mis pensamientos, mi energía… Me permitió acceder a memorias que resguardaban la sabiduría de la madre tierra en mi respiración, mi movimiento, mis células.
Danzar ha sido también una maravillosa herramienta para conectar con aquello que necesito en cada momento de mi vida, así sea el darme momentos de relajación, diversión, liberación… o momentos para abrazar y transmutar el caos, el dolor y la pesadez.
La danza fue una medicina que llego a mi vida para recordarme que tenía un cuerpo, y que éste guardaba mensajes latentes que necesitaba escuchar para vivir en sagrado balance.
A la par que exploraba el arte y la medicina de la danza, gesté mi primer intento de compartir el mundo sutil, espiritual y mágico que habitaba en mi interior, el camino que en ese momento encontré para ser mi canal de expresión fue el arte. Más allá de estudiar un poco de artes plásticas mi llamado fue más hacia el discurso, a la creación de mundos, de nuevos paradigmas, así que por un tiempo me dedique a estudiar curaduría y museografía. En 2014 realicé mi primera y única exposición en torno al arte de la danza “De la danza al color: visiones dancísticas” (Tijuana, B.C.) reuniendo las creaciones de bailarines y artistas locales. Con ese fuego prendido aplique para una maestría en Estética y Arte, pase todos los filtros iniciales, pero al final, mi corazón y el gran espíritu me guiaron por otro camino.
En realidad, una parte muy profunda de mi ser sentía un llamado a quedarme, sentía que había otra cosa importante que necesitaba descubrir antes de moverme a otras tierras… al final, necesite vivir la desgracia de no ser aceptada para comenzar a escuchar mi intuición.
Aunque en su momento fue devastador, el no pasar el último filtro y no ser admitida en la maestría fue un regalo maravilloso, eso me llevo a dejar morir una parte muy grande de mi ego, me llevo a soltar, a rendirme ante el vacío y la incertidumbre.
Poco después llegó a mi vida otra de las herramientas que han sido fundamentales en mi camino, las plantas maestras.
Desde que conecté con ellas por primera vez se abrió otro portal en mi viaje de expansión y autoconocimiento, ahora, uno de recordatorios profundos, de entendimiento y también de mucha obscuridad.
Después de un tiempo se volvió a despertar en mí el llamado a compartir mi energía, mis conocimientos y esos mundos mágicos que habitan en mi interior.
Entretejiendo mi pasión por el conocimiento, la danza y la espiritualidad, fue que comencé en 2017 a impartir talleres de filosofía oriental, danza y meditación, y a sostener círculos de reconexión con los 4 elementos (viento, tierra, agua y fuego).
Poco a poco fue evolucionando mi compartir conforme fui profundizando en mi propio camino de autodescubrimiento. Algunas otras herramientas que me apoyaron en eso y a la vez, fueron nutriendo los acompañamientos que brindaba, fue la psicoterapia Gestalt, la danzaterapia y el estudio de cosmovisiones paganas ancestrales que brindan una vía de autoconocimiento entrelazado con los ritmos de la naturaleza.
La Vida es Medicina
Dentro de las energías que sostienen algunos círculos de medicinas ancestrales (plantas maestras) encontré mucha obscuridad, dentro y fuera de mí, abusos de poder en todas su dimensiones y experiencias que me reflejaron que, al final, requería responsabilizarme de mi propio camino, reclamar mi poder y reconciliarme conmigo misma.
La verdadera vía para la sanación, liberación y entendimiento, está dentro de los mundos que sostenemos en nuestro interior, en nuestra mente, en nuestra capacidad de transmutar nuestra propia energía y en atrevernos a crear nuevas historias.
Esos aprendizajes, y el haber vivido el primer duelo que rompió mi corazón, me llevó a dejarme morir de nuevo, a soltar y rendirme… Así nació La Vida es Medicina, en 2020.
En medio de un dolor profundo me llegó una claridad ancestral, aquella que la naturaleza nos susurra todo el tiempo… Que es en la vida misma, que también está entretejida con la muerte, en donde encontramos y se refleja toda la medicina que nuestras almas necesitan para sanar, para liberarnos, para vivir en armonía y caminar más ligeras.
Al menos eso era lo que por mucho tiempo busqué afuera por todos los medios posibles: sanar, vivir balanceada, encontrar mi centro, mi propósito, caminar más ligera…
Tú ¿qué buscas? ?¿qué anhelas para tu vida?
¿quién eres?
Al servicio de tu corazón
Hoy sigo descubriendo cada día nuevas formas de regreso al camino de mi corazón.
Sigo aprendiendo a reconocer la voz de mi alma… recordándome que soy naturaleza y espíritu.
Sigo explorando el delicioso mundo del conocimiento, el mundo sagrado del espíritu, de las plantas maestras (ahora desde un lugar más consciente), y conectando sobre todo con mi propia medicina, la cuál es la que pongo al servicio de tu corazón.
Mi propósito es enseñarte a cultivar la escucha profunda de tu cuerpo-tierra, para así poder recordar la medicina de tu corazón y el camino único de tu alma.
Mi invitación es a que experimentes tu vida desde tu verdad única, a que expandas la visión que tienes sobre ti misma. Tú posees la medicina para sanarte, liberarte, y si lo deseas, crear nuevas realidades.
Si deseas profundizar en tu viaje de expansión y autodescubrimiento, será un honor acompañarte.
Aquí puedes escoger de mis ofrendas actuales la que más resuene con tu búsqueda y camino: Sesiones Individuales ☆ Jardín de Lilith ☆ Eventos
Con cariño,
Nancy ☆