Hoy quiero compartirte algo muy vivo en mi. Algo que está latente en mi cuerpo, mente y corazón en estos momentos.
Si estas dentro de la comunidad de La Vida es Medicina hace unas semanas te compartí en un boletín corazón que en el mes gregoriano de junio tuve mucho movimiento, externo e interno, así que decidí soltar mi necesidad de cumplir cada luna (mes) con una entrada de blog, eso fue para mí muy trascendental, ya que hace años probablemente me hubiese reprochado el no haber cumplido con mi palabra de cada ciclo lunar (mes), publicar algo.
Pero de ese Nancy a la de hoy ha pasado no solo tiempo, sino experiencias, información que he recibido, acompañamientos que he tenido y he ofrecido, integración de nuevas visiones de los negocios, de los proyectos, del cuerpo, de la salud, de la vida… mi conciencia se esta expandiendo.
Expandir tu conciencia no sucede en automático, hay que tener la atención y sobre todo la disposición y valentía para observar el mundo interno que compone tu conciencia, y si es necesario, transmutar cualquier elemento cognitivo o energético obsoleto que no este al servicio de tu vida actual o de la vida que quieres crear.
Esto significa abrirte a revisar precisamente lo que hay en tu conciencia: qué pensamientos rondan tu mente constantemente, qué opinas de la vida y de la realidad que habitas, qué perspectiva tienes respecto a los sistemas en lo que vivimos como humanidad, cómo es tu relación con tu entorno, con el mundo natural, etc.
Sí, cuestionarte, aún así considero que hay un factor muy desapercibido que es fundamental para esta fórmula de reconfigurar tu conciencia, y esto es tu capacidad de asombro.
De hecho estas características, el cuestionar y el asombro, son parte fundamental del quehacer filosófico, sin embargo, y habiendo experimentado el mundo académico en mis 20´s se le da y ha dado mucho énfasis al cuestionar y hemos olvidado el maravilloso asombro.
Asombrarnos es tener la capacidad de dejarnos vislumbrar por nuevas visiones e incluso por lo cotidiano, es atrevernos a ver con nuevos ojos nuestra vida y romper por momentos con las historias que nos hemos creado sobre nosotras mismas, nuestro cuerpo, los otros, los gobiernos, la salud, la vida…
Dejarte asombrar es en sí un acto de expansión.
Lo vivo
Y bien, como te contaba al inicio, quería compartirte lo que está vivo en mí, y eso es que no tenía idea de qué compartirte en esta entrada, solo la certeza de que quería que fuera entre los días cercanos a la luna llena.
Llevo unas 2 lunas (meses) queriendo escribir un artículo sobre la enfermedad, sin embargo, hoy me di cuenta que era más una necesidad muy rígida en mi interior de querer cumplir con eso, sobre todo porque ya lo había anunciado dentro de mi comunidad, pero en estos momentos no lo siento, aún así es algo que sí quiero compartir, ya que me parece fundamental el resignificar conceptos, y la enfermedad es un paradigma muy poderoso en la actualidad.
Pero honrando lo que siento, decidí soltarlo por el momento y solo escribir, sin tema… y confiar que aquello que fuera a surgir de mi será la medicina que tu alma-corazón requiera en estos momentos, y sobre todo que será mi medicina.
Siguiendo ese llamado interno nos dejo por último unos recordatorios:
Confía en tu sentir interno.
Confía en que muchas veces no necesitas tener claridad racional para seguir un impulso de tu corazón.
Confía en que tu mente está a tu servicio y por ello es importante que la atiendas, nutras, y escuches con el cuerpo.
Confía en que puedes confiar en ti misma, pues en ti habita la sabiduría de la tierra y del cosmos.
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Gracias por leerme, deseo vivas un asombroso día, sea como sea, con sol o con lluvia, con alegría o con dolor, que el asombro sea canal para expandirte a nuevas visiones de tu vida y realidad.
Con cariño,
Nancy ☆
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